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El enfoque en astrofotografía con teleobjetivos
Visión general del conjunto

El uso de teleobjetivos es algo habitual entre los aficionados a la astrofotografía . Pero no siempre los resultados son satisfactorios, ya que unas veces por errores en el seguimiento y otras por un impreciso enfoque, las “instantáneas” de objetos con gran cantidad de detalles y estructuras finísimas no resuelven lo que en realidad deberían mostrar.

La técnica que explico en este artículo para conseguir un buen enfoque no es de mi invención, es conocida desde hace tiempo y somos muchos los astrofotógrafos que la utilizamos. Requiere gastar previamente algunos fotogramas, el número de estos va en función de los objetivos que queramos testear; esto es, para cada objetivo se necesita un fotograma distinto. El material necesario para llevar a cabo esta maniobra es el siguiente:

Los preliminares

En casa y tranquilamente vamos a preparar el objetivo, para ello necesitaremos papel milimetrado o también puede servir un metro de papel de los que se encuentran en las grandes superficies dedicadas al bricolaje. Cortaremos un trozo de unos 15mm. y en la cara donde aparecen grabados los milímetros pegamos un trozo de papel celo con el fin de protegerlo del uso y de las frías jornadas nocturnas que tenemos que soportar (rocío, escarcha, etc.). Posteriormente pegamos esto en el objetivo, bien con otro trozo de celo más largo que el papel o con un pegamento para papel convencional (yo particularmente prefiero utilizar el papel celo). Hay que procurar limpiar perfectamente la superficie del objetivo donde se va a pegar la escala graduada, el alcohol o la acetona limpian y desengrasan perfectamente. ¿Pero en qué lugar del objetivo se pega la mencionada escala?, en el anillo de enfoque. En la parte fija, también pegaremos un pequeño trozo de papel que contenga una y sólo una fina línea dibujada; pero debe coincidir esta línea con el milímetro cero de la escala que anteriormente hemos pegado. También es necesario que el objetivo tenga el anillo de enfoque girado hasta el final (a tope) en la dirección de infinito.

Una vez realizadas estas operaciones, ya podemos proceder al registro fotográfico, para ello cargaremos la cámara con una película (yo particularmente prefiero la Technical Pan 2415 de Kodak hipersensibilizada). A continuación fijaremos la cámara en un trípode y la colocaremos mirando al cénit. Todas las cámaras y los teleobjetivos de grandes dimensiones van provistos en la parte inferior de un orificio roscado para fijarlos a un soporte. He de advertir que las roscas de estos orificios pueden ser de dos tipos de paso; 1/4” y 3/8” Whitworth. Si el teleobjetivo porta este orificio es mejor utilizarlo que el de la cámara, ya que éste está más cerca del centro de gravedad del conjunto, quedando todo más estable y la cámara libre para poder componer el encuadre. Comenzamos:

La esfera celeste

Ya que la Tierra gira sobre sí misma Oeste a Este en 24 horas, tenemos la impresión de que es el cielo quien gira a nuestro alrededor del este al oeste y con la misma velocidad. Una estrella situada en el ecuador celeste recorre por lo tanto 360º en 24 horas, es decir, 15º en 1 hora o 15’ en 1 minuto. (Un ángulo de 30’, equivalente al diámetro lunar y se recorre por lo tanto en 2 minutos). Si tomamos una fotografía del cielo estrellado con un objetivo de 100 mm. de distancia focal, tan sólo después de 2 minutos de exposición, las estrellas se habrán desplazado 30 minutos de arco y por lo tanto estarán representadas sobre la película, no por un punto sino por un trazo de 1 mm. Debe tenerse en cuenta que el movimiento aparente del cielo será menos patente a medida que nos separemos del ecuador celeste hacia el polo, donde es nulo. Esto se comprende fácilmente según la figura de la izquierda.

Si el tiempo de exposición se expresa en minutos, el desplazamiento aparente, estará expresado en minutos de arco, y será: D=15 x t x cos d (en el ecuador, cos d=1; en el polo cos d=0), donde: D=desplazamiento t=tiempo cos=coseno d=declinación. Si queremos conocer las dimensiones de este movimiento sobre la película, utilizaremos la siguiente fórmula:

donde: D= desplazamiento sobre el film (en mm.) F= longitud focal del objetivo (en mm.) t= tiempo de exposición (en segundos) d= declinación de la estrella central del campo fotografiado.

A continuación se muestra una relación donde aparecen los distintos campos de visión del objetivo expresados en grados y en función de la distancia focal de cada uno de ellos:

Una vez transcurrido el tiempo calculado, se coloca la tapa en el objetivo

Giramos el anillo de enfoque al milímetro 1 y destapamos el objetivo con suavidad. Hay que advertir en este punto, que si por un casual desplazáramos más de un milímetro el anillo de enfoque, no es válido el corregir su posición sino que debemos volver a cero y empezar a girar el anillo con cuidado hasta llegar exactamente al milímetro 1, la lupa con un luz roja ayuda bastante en esta operación, yo utilizo la zona de la lupa que da más aumentos (sabéis que estas lupas suelen tener una zona circular normalmente en el borde que da más aumentos que el resto).

Dejamos transcurrir el tiempo necesario y, de nuevo volvemos a tapar el objetivo y girar el anillo de enfoque al segundo milímetro. Yo hago esta operación unas diez veces aproximadamente, con ello consigo en el fotograma unos diez trazos de distintos grosor, que se van afinando según se vaya acercando al infinito. Para saber cual es la primera exposición y cual es la última en el negativo, debemos dar a esta última el doble de tiempo de exposición que al resto y así conseguiremos un trazo de doble longitud.

Soltar la retenida del cable disparador y si no se van a realizar más pruebas con otros objetivos no hay que pasar al siguiente fotograma.

Desmontar todo y revelar el negativo.

Una vez realizado el revelado, con una lupa cuentahilos de 15x ó 20x, sobre una mesa de luz veremos en el negativo una sucesión de trazos discontinuos que serán al principio más gruesos y que progresivamente se van afinando para de nuevo volver a ensanchar hasta la última exposición. Si esto es así la prueba se habrá realizado correctamente. Ver foto 1.

Ya sólo nos queda contar que posición ocupa el trazo más fino y sabremos que milímetro es el que nos da la imagen enfocada a infinito (yo suelo utilizar la ampliadora, elevando el cabezal a su posición más alta y proyectando el negativo sobre un papel blanco, ayudado de la lupa de enfoque de ampliadora, puedo determinar con gran exactitud donde está el trazo más fino. Últimamente también recurro a digitalizar el negativo y visualizarlo en la pantalla del ordenador, puedo ampliar igualmente la imágen hasta llegar a ver el grano de la película, no teniendo ningún problema para identificar el trazo que busco).

Foto 1

Pero si nos encontramos que la primera exposición es el trazo más fino, nunca sabremos sí un trazo anterior hubiera sido aún más delgado y ser éste el infinito real del objetivo. Esto ocurre porque al anillo de enfoque le falta un poco más de giro; cuestión que necesita de un arreglo mecánico preciso, pero eso es otra historia que contaré en alguna otra ocasión. Ver foto 2.

Si nos encontramos que el último trazo es el más fino, estamos también en la duda y no sabremos si la siguiente exposición nos habría dado un trazo aún más estrecho que el anterior, debemos repetir la prueba y alargar el número de exposiciones hasta 15 ya que es obligado observar que los trazos una vez que han pasado por infinito se vuelven a ensanchar. La existencia de trazos discontinuos de diferente grosor es el único elemento comparativo que tenemos para poder determinar el punto exacto donde ese objetivo enfoca a infinito. Ver foto 3.

Foto 2 Foto 3

Todo lo relatado hasta ahora se debe hacer para cada objetivo y también si utilizamos filtros ya que estos hacen que el enfoque varíe según la longitud de onda de la luz que dejen pasar. Yo tengo hasta diez puntos de enfoque distintos en cada objetivo, uno por cada filtro.

Espero que este articulo os sirva de ayuda, si tenéis alguna duda, podéis contactar conmigo en la sede de la AAM o enviándome un correo electrónico.

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